17-02-2024 Excursión en Bicicleta de montaña saliendo de la pista de la Transnevada, subiendo hasta el Refugio de los Pájaros y vuelta a la pista principal hasta Refugio de Tello. Extra la casa Forestal de Cañar en la misma pista Transnevada.
Lo bueno de las excursiones no es solo hacerlas, es planearlas… y esta ha cambiado a lo largo de las ultimas dos semanas, primero fue una excursión para hacerla con los esquís, en la que pretendíamos hacer el Refugio de Piedra de los Pájaros y los que nos quedaban del río Lanjarón, nevó viernes y sábado, pero luego el lunes llovió en todas las cotas, con lo que se ha llevado mucha nieve (luego vimos cuanta) pero lo peor ha dejado las cumbres heladas además de un gran riesgo de aludes, así que decidimos a ultima hora que había que cambiar la excursión y hacerla en bicicleta de montaña. Después de mucho planear, conversaciones con mi amigo Antonio Salas, decidimos que lo mejor era subir por la pista de Cañar a la pista que viene de Puente Palo y de ahí salir hacía nuestros objetivos.
El primer refugio que queremos visitar es un refugio desconocido para nosotros, ni siquiera sabíamos de su existencia, así que vamos un poco a la aventura. La primera opción era ir por la pista que va al cortijo del Espino que sube hasta unos 2200m y de ahí andando al refugio, pero otra vez y gracias al el tiempo que dedicamos a planear la excusión vemos que hay una pista que sobre el mapa llega a los 2600m con orientación casi Sur y que para la bici nos viene mejor para evitar la nieve.
Hoy vamos Miguel Prados, Antonio Salas, Melchor Lavado, Javi Reche y yo. Javi se nos ha unido hoy, esta muy liado con la crianza de los niños, el los tiene todavía pequeños y le cuesta mucho conciliar. Disfruto mucho de la conversación en el coche con él y me alegra mucho que haya podido venir, estas pequeñas escapadas cargan las pilas para semanas. Subimos por la pista que sale de Cañar, pista que los dos primeros kms asfaltados han añadido al muy conocido puerto para los ciclistas de Cañar. El 30 de septiembre de 2023, recibió la homologación para puertos de montaña de la Real Federación Española de Ciclismo (RFEC). Nosotros seguimos ya por pista hasta los 1700m, donde dejamos los coches y empezamos nuestra ruta.
La pista va subiendo constantemente desde los 1700m, aunque la orientación no es muy buena para la practica del esquí, si nos hace pensar que es buena para otras excursiones, pero nuestro gozo en un pozo, más o manos a 1900m hay una cadena, así que no podemos usarla para acceder en futuras excursiones de esquí.
Saltamos la cadena y a partir de aquí la pista aunque en buen estado empieza a estar bastante cerrada por la vegetación, las ahulagas, aulagas o julagas invaden el camino. Cada uno a nuestro ritmo, vamos avanzando, encontramos algunos neveros en el camino que pasamos sin problema hasta los 2300 que ya hay un nevero constante y decidimos dejar allí las bicis y seguir andando. Esto ya estaba previsto y por eso llevamos también zapatillas para poder hacer esta parte, sin las rígidas zapatillas de bici.
Hacemos la ascensión casi en línea recta, son unos 300m de desnivel que hacemos campo a través. Pronto identificamos las piedras que deben de albergar el refugio. Llegamos a los 2500m vemos el refugio entre las rocas. El refugio debía de ser una cueva natural o quizás excavada en la roca y le pusieron una pared de hormigón, no tiene puerta lo que hace que este lleno de nieve, nos asomamos desde la puerta, no se puede ni entrar. Nos quedamos como siempre en la puerta del refugio, donde charlamos animadamente, comemos algo, fotos y risas.
El descenso es rápido, tanto andando como una vez cogemos las bicis, otra vez cada uno a su ritmo hasta pasar otra vez por los coches. Al pasar por el punto de partida, Miguel y Javi deciden que ellos no van a continuar, otra vez la conciliación familiar. Así que seguimos Melchor, Antonio y yo.
La pista de la llamada Transnevada , que básicamente es la pista que rodea toda la sierra y además delimita el Parque Nacional de Sierra Nevada.
La seguimos dirección el Valle de Lanjarón, va girando la loma de Cañar hasta que vemos el valle y cogemos una pista a izquierdas que nos lleva al rio, donde cruzamos por el puente romano a la otra margen del río. El ascenso a Tello es muy vertical y tenemos que ir empujando las bicis hasta que alcanzamos la casa forestal de Tello, donde hay un refugio vivac, fuente y básicamente es casi un área recreativa, aunque sin acceso para vehículos particulares. Es inevitable recordar el esplendor que tenía este paraje que fue impunemente quemado por unos inconscientes extranjeros que cuando a finales de Septiembre del 2005 se vieron perdidos y encendieron un fuego y quemaron más de 2000 hectáreas y este paraje en el que había secuoyas centenarias que todavía se ven los tacones quemados. Algunas muestras quedan de esos árboles, pero no el esplendor de antaño. Justo Antonio y yo comentamos que aquel verano del 2005 que hicimos la Transneveda y como nos entristeció la noticia del incendio recordando el esplendor del bosque que partía de Tello.
Sin mucha demora salimos por la pista que sale de Tello hacia arriba buscando el Refugio de Ventura, vemos varías indicaciones de el sendero y que hay unos 5km andando, pero decidimos intentar acercarnos lo más posible en las bicis, fue un error, la pista nos lleva dirección Nigüelas y cuando son las 16:30 y vemos que por la pista nos quedan unos 12km y 600m de desnivel, decidimos que no nos da tiempo. Luego mirando los mapas en casa tranquilamente, Antonio ve que deberíamos de haber escogido la opción de andar o quizás ir hacía Ballesteros y coger un poco más alta la vereda. Total, este refugio nos queda pendiente. Empezamos el descenso a Tello, que esta vez lo hacemos por una vereda bastante ciclable y desandamos el camino que trajimos, el río esta a unos 1450m así que nos espera otra subida de 300m que hacemos sin descanso. En la vuelta y en la pista principal encontramos la Casa forestal de Cañar, que hemos puesto también casi como una anécdota y por quitarnos el mal sabor de boca de no haber llegado al tercer refugio.
Como siempre un gran día de montaña, nos vamos con la satisfacción de haber conocido un nuevo refugio y de haber echado un gran día de deporte y amigos, sin olvidarnos como siempre de los que no tienen tanta suerte y necesitan una donación de Médula y en el tiempo de espera múltiples transfusiones de sangre. Así que dona médula y sangre, es un gesto que salva vidas.